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Mostrando entradas de agosto, 2018
Relatos De Un Viaje De Ida  No fue fácil lograr que mis extremidades ocupasen el tamaño de un barreño, mis 178 cm en este momento eran un estorbo, y cuanto más ausente fuese más fácil sería huir. Romi me aseguro que los señores de la barca veían con buenos ojos que ocupase lo mínimo. Más ganancias para ellos y quizás un descuento en el viaje para mí. Si lograba comer dos veces al día bendecido debía sentirme. En el campamento éramos muchos los que agradecíamos contar con alguien como Romi. Él siempre nos alentaba a continuar nuestro viaje, a buscar a más gente que se sumara a nuestra odisea.Su parsimonia era un bálsamo para nuestra desesperación. Me llevó mucho tiempo darme cuenta de su papel en todo esto, y les aseguro que no fue nada grato. En ocasiones -salvo excepciones- conocemos a las personas en las distancias… Yo llevaba 38 días en el campamento, cuando llegaron Sakid y Fátima, lo recuerdo porque compartimos tienda hasta que llegó el día del viaje. Eran más jóvenes que