Pasan cosas locas hoy. Me siento con vos en la vereda y te miro mientras esbozo una media sonrisa.

A veces te enloquecés y empezás a contarme anécdotas comiquísimas que no entiendo si son reales o las inventaste.

Ponés la yerba en tu mate, que estás confiado que es tu cómplice matinal cuando nos levantamos de ese colchón inmenso que nos atrapó anoche.

Creés que el beso me promete tu confianza, y destruís mi moral antagónica a la tuya con una mirada que me ata los cordones y me lleva a caminar a la calle.

Te vi reírte de los niños caerse y pusiste todas las tazas de café ordenadas por color en tu repisa.

Crees que nadie te ve tanto, y yo creo que no quiero verte más. Porque me hundo...en vos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Carta a una niña

Atardece

Nocturno I